jueves, 16 de julio de 2009

Los hombres soportan el mundo (Drummond de Andrade) (traducción)


Llega un tiempo en que no se dice más: mi Dios.
Tiempo de absoluta depuración.
Tiempo en que no se dice más: mi amor.
Porque el amor resultó inútil.
Y los ojos no lloran.
Y las manos tejen apenas el rudo trabajo.
Y el corazón está seco.
En vano las mujeres golpean a tu puerta, no abrirás.
Te quedaste solo, la luz se apagó pero en la sombra tus ojos resplandecen enormes.
Es toda una certeza: ya no sabes sufrir.
Y nada esperas de tus amigos.
Pero importa que venga la vejez, que es la vejez?
Tus hombros soportan el mundo
Y él no pesa más que la mano de una criatura.
Las guerras, el hambre, las discusiones dentro de los edificios
Prueban apenas que la vida prosigue,
Y que no todos se liberaron aún.
Algunos, hallando bárbaro el espectáculo,
Preferirían, los débiles, morir.
Llegó un tiempo en que no sirve morir.
Llegó un tiempo en que la vida es una orden.
La vida apenas, sin mistificación.

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