Llámala
A mi palabra
La que sólo
sabe nombrarte.
Ruédala
En tu preciado cuerpo
El que sólo puedo
arañarte.
Ámala
Y ya en cenizas
Por tu hombría
Transformada
Devuélmemela
Para darle
al mundo
La necesaria
y dispersa
belleza que
le haga
falta.
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