Cortante como el filo de una espada
así es cada noche
-la noche esperada-
cuando estoy a tu aldo
sin que el dolor cese.
Porque a tu lado están
mi alma, mi mente, mi cuerpo,
jugando con lo que no me pertenece:
tu alma, tu mente, tu cuerpo.
Y sin que el dolor cese,
como en una versión ignorada,
en gestos ocultos,
palabras calladas,
evasiones que son lutos
de mi propia ternura
paso a tu lado desprendida en dolor.
Y así cada noche
-la noche esperada-
me quedo sin ecos,
sin magias, sin vos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario